Declaración de
la Tarahumara
Sisoguichi, Tarahumara, México
9 de agosto del 2014
Los
hermanos y hermanas indígenas que reunimos nuestra palabra en la Red de
Solidaridad Indígena de la Compañía de Jesús en la comunidad de Sisoguichi,
Tarahumara, México, expresamos el sentir
de nuestro corazón.
El
conocimiento y la sabiduría de los pueblos indígenas guardan una riqueza
espiritual y cultural que se expresan en la convivencia solidaria y el respeto
a la madre tierra. Los pueblos seguimos
siendo guardianes y cuidadores, custodios de la tierra, nuestra madre. Tomamos
fuerza y reconstruimos el mundo con nuestras fiestas y rituales. Nos
organizamos colectivamente para nuestro trabajo común, y caminamos con nuestras autoridades para
reconstituir nuestra autonomía. Toda
esta riqueza nos hace vivir y sentir la armonía del corazón y la búsqueda del
Buen Vivir.
Expresamos
también el sentir del corazón sobre la difícil situación que estamos viviendo.
Manifestamos nuestro rechazo a la privatización de nuestra madre tierra y
explotación indiscriminada de la riqueza que guarda en su vientre, como el
petróleo y otros recursos minerales y naturales. El modelo capitalista extractivista está
destruyendo el espíritu de la tierra, nuestra madre, contaminando las aguas,
acabando con los bosques, las montañas y los espacios sagrados.
Estamos
en resistencia frente al despojo de nuestros territorio, símbolo y fuente de
nuestra identidad. Resistimos desde
nuestra espiritualidad, en la danza y la oración, en la sabiduría y el
conocimiento de nuestros abuelos y abuelas.
Resistimos por nosotros y por todos.
Porque la tierra es una sola y es casa y es madre de todos.
Los
jesuitas, las religiosas y los pueblos reunidos en estos días de oración y
diálogo, mantenemos abierto el corazón por la justicia y la paz, y la unidad y
la dignidad de los pueblos.
Mapuche,
Aymara, Quechua, Quichua
Awajun, Wapixana
K’iche’, Tsotsil, Tseltal, Chol
Ayuuk, Popoluca,
Raramuri
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